(I)
I
¿Qué es ser real?
¿Qué es ser especial?
Esto es como la física cuántica,
Esta duda de descontextualizada óptica.
Todos intentando ser reales
Todos intentando ser especiales.
Por qué ese intento no nos es válido.
O acaso lo imaginábamos ingrávido.
Ya no frenaré impulso alguno.
Ni vida, ni mi sano juicio.
Mi dudosa existencia se inmiscuye,
la veo, diviso que huye.
El sol sale en esta ciudad
Y hace de la rabia necesidad.
A veces opino que esta nube eterna
que nos avasalla tres cuartas partes del año,
No es sino solamente la rabia de antaño
Replegándose sobre la entera población
Debajo de toda esta contaminación
Que caracteriza a esta comunidad.
Contaminación
Pudredumbre
Soledad
Fracaso
Decepción
Muchedumbre
Otredad
Ocaso.
La siento bien a veces.
Y otras veces, ya ni tanto.
Me encuentro en esos ratos
En los cuales me estoy encontrando.
¿Qué llegué a perder entonces?
¿Alguna estatua de bronce,
Alrededor del 2011?
Entonces había escapado surcando un desmonte,
Sonó como si un polizonte,
Saltara del barco hacia el Pacífico,
Vaticinando su estado fatídico.
Sabríamos qué es lo que esconde.
Lo escondo adentro mío,
pero como está bien adentro,
Nunca llegaré a verlo,
Concretamente ni un poco.
Entonces cavaré con mis dos manos
Dos hoyos en dos lugares separados
De mi pecho y lograré
Alcanzar estados de ser,
Para luego proceder
A no saber qué cornos hacer.
Dado que mi yo físico está cavado,
Mi corazón se encontraría al lado de mi pezón
Y bombearía sangre a mi alrededor viciado.
Así que decido no hacer eso,
Y esperar las aves de mi mente al acecho.
Las cuales rondan en círculos
Para ver si obtienen algún bocado maltrecho.
Ante ambas circunstancias frente a mí,
Elijo no tomar ninguna.
Elijo convertir mi ira con el sol,
Sol que revienta en mi sofá rosa.
Evaporando su tinte saturado,
Desperdigo en este día soleado
Bocanadas de rabia, hechas luz.
Todo es lo mismo y a la vez diferente,
Separamos más de lo corriente,
Hecho que seguimos heredando
En lugar de seguir intentando,
Posibilidades infinitas.
En un universo de partículas inmensurables
Que componen la realidad física que percibes.
Que designas como lo que solamente existe
Permitiendo que no vueles y te rindas.
Lo que tomo es lo que vivo,
Esa es la decisión,
Eso es lo que concibo.
Una propia y articulada canción.
Ritmos fugaces,
Intempestivos disfraces,
Fútiles desasosiegos.
Imbéciles, sostenemos.
Pero, ¿qué es lo que está sostenido?
¿Será que algún ser aburrido
Inventó todo esto un mal día de invierno,
En el cual lo claro pudo haber pasado por noche?
Y se dinamitó un gran horizonte
De luz potencial y vital,
Que con varias de mis facultades
Decidió simplemente mantener en su umbral.
Un lugar seguro es más fácil que un lugar nuevo.
Un lugar triste es más rápido que un lugar conmovido.
Un lugar que se repite es más automático que un no lugar.
El sol en mi sofá rosa es más impensado que lograr.
Logro sobre mis medidas cada vez menos entusiastas
De un gran y cercano día de esta primavera
En donde el sol calcinaba mi rabia a la espera
De cientos de miles de iconoclastas,
Oprobiosos y hostiles, débiles pensamientos
Que ya no tienen ni necesitan un sentido,
Que ya no sirven y que ya no son un eterno motivo
Para victimizar mi inacción hacia sus cimientos.
No hay un solo ser humano
Que habite esta ciudad
Que no esté pasando por esto,
O que ya ni se encuentre del todo
Como regalo físico en sí mismo,
Como suficiente, como entidad,
Con un subestimable deseo de voluntad.
¿Acaso me estoy convirtiendo en ello?
¿Y toda esta rabia es ante el hecho
De que me estoy dando cuenta
Que estoy en el momento oportuno
De abrirme al posible y probable que es uno
Si es que se da la oportunidad despierta,
De cambiar a un estado miserablemente bello
Y recorrer otros caminos, otro trecho?
Un trecho que se torna sinuoso y oscuro
Y bella e irresistiblemente duro,
Si se tiene como opción sólo la vida en muerte,
Sería mejor tomar curso a través de su serpiente.
Entonces floto por encima de un abismo,
Todos los días son mi gran precipicio.
No obstante, no me olvido que ahora vuelo.
Ahora gozo con ese misterio que develo
Al instalar mis grandes artimañas de anhelo.
Que las cosas no sean igual que a su inicio
Y que al menos ahora soy yo mismo
Quien se da cuenta de su nuevo naturalismo.