¿Qué es la pluralidad emocional y qué tiene que ver con nosotrxs?
Postpostpostpostpostpostmodernismo
Miedo.
Esperanza.
Ira.
Lástima.
Optimismo.
Claridad.
Y volvemos a empezar.
O al menos es cómo operan desde el 2020 las emociones. Época que seguro recordaremos toda nuestra vida.
Y es que, de alguna manera, el futuro que imaginamos ya es el presente que estamos viviendo y el presente … realmente no existe.
Si algo tiene que ver con la pluralidad emocional, es que todo pasa al mismo tiempo y termina siendo algo de lo que vamos a tener que hacernos cargo como humanidad.
Esta es la naturaleza misma de la pluralidad emocional: ocupar múltiples estados emocionales al mismo tiempo como consecuencia de un mundo cada vez más complicado y en constante cambio.
El año 2020 se caracterizó por la aceleración emocional, pues los sentimientos se intensificaron y se atenuaron en función de diferentes factores. Uno de ellos es la aceleración de las tecnologías digitales, que tienen mucha relación con nuestras formas de vinculación y socialización actuales.
Entre el ciclo de noticias de 24 horas, las redes sociales, los movimientos globales por la justicia social y la crisis climática, la población apenas ha conseguido procesar toda esta cantidad de emociones diversas y en constante superposición.
Varios de estos acontecimientos, por no decir todos, están pasando al mismo tiempo. Superponiéndose y haciendo todo mucho más perceptible.
Para 2023, veremos un cambio hacia la aceptación y la capacidad de gestionar múltiples estados emocionales. Aunque las causas pueden diferir, el resultado será la reforma de las instituciones tradicionales, un renovado aprecio por la comunidad y un resurgimiento del optimismo. WGSN, 2021.
Y no por nada las agencias que estudian el comportamiento de las personas desde distintas perspectivas humanas han visto una realidad en torno a las emociones.
La inteligencia emocional es algo muy importante en este escenario.
Sabemos que últimamente estamos hablando mucho de esto.
Y no es que no haya existido desde ya mucho tiempo esta terminología. Lo que pasa es que después de largos períodos en donde las variables duras, medibles y constatables que se relacionaban con nuestra habilidad productiva llámese: responsabilidad, destreza, manejo del oficio, creatividad, etc.
Ahora se ha volcado al terreno de las emociones.
Son las variables, denominadas “blandas” como la inteligencia emocional, por ejemplo, aquellas que ahora se definen como imprescindibles de aquí a una década, para lograr obtener empleo y desarrollarlo, por ejemplo.
El desarrollo de las habilidades socioemocionales ha sido objeto de estudio especializado por psicólogxs, neurocientíficxs, y educadores.
El término Inteligencia Emocional (IE) fue introducido por primera vez por Mayer, J. D. y Salovey, P. (1997) y la definen como la parte de la inteligencia social que incluye habilidades para: percibir, valorar, y expresar emociones con exactitud, acceder o generar sentimientos que faciliten el pensamiento; comprender las emociones y regularlas promoviendo un crecimiento emocional e intelectual.
A estas capacidades se les llama en su conjunto, habilidades socioemocionales.
A la fecha, se han realizado múltiples investigaciones sobre las habilidades socioemocionales y con ello, la creación de instrumentos para medirlas, así como el diseño de programas educativos para desarrollarlas.
Por estas necesidades es como surge un nuevo campo de estudio: el aprendizaje socioemocional.
Es interesante ver la manera en que abordamos el trabajo, los estudios y la vida en general está dotándose de un nivel emocional muy significativo.
Y no es un detalle menor. Cada vez es importante determinar espacios seguros dentro de nuestras comunidades.
No por nada WGSN en sus pronósticos del 2020 indicó que de aquí a 10 años, en el mundo laboral tendrá más valor un grado en Filosofía y Humanidades, que un grado en Economía.
Beibis, ya saben, a estudiar filo!
No mentira … pero esta pluralidad emocional no es más que una consecuencia de la cantidad de cambios que estamos percibiendo, la importancia que cada vez le estamos dando a nuestros procesos emocionales, y también, la vital relación que tienen con nuestro futuro.
Agradezco estar viviendo un período de mayor conexión con mis emociones y que, de alguna manera, aunque todo suene caótico, es lo que toca que hagamos en este espacio tiempo.