No sé si les ha pasado a ustedes, pero desde el 2020, la cuarentena y el covid19 si algo ha puesto en evidencia es la cantidad de privilegios y la cantidad de opresión que se vivencian en las sociedades que hemos formado actualmente.
Al menos en Lima, lugar donde pasé la pandemia, fue un locón y un punto clave de los que todxs hablaban.
La señora y el señor de barrio cerrado y nivel socioeconómico alto mandando a todas las personas a encerrarse en sus casas a través de su iPhone 900.
¡Señor! NO TODAS LAS PERSONAS GOZAN DEL PRIVILEGIO DE PODER ENCERRARSE CÓMODAMENTE EN SUS CASAS, TRABAJAR DESDE CASA, TENER UNA COMPUTADORA E INTERNET, AGUA POTABLE Y ELECTRICIDAD Y PODER DESDE SU SMARTPHONE PEDIRSE COMIDA A LA PUERTA DE SU HOGAR.
Pero la señora y el señor de barrio cerrado y nivel socioeconómico alto, y hasta personas como ustedes y como nosotrxs seguramente no nos habíamos puesto a meditar que estas “cosas” que tenemos porque nuestro dinero las compra, otras personas (la gran mayoría) no las tienen.
ESTO ES BIEN PELIGROSO: LA NORMALIZACIÓN DEL PRIVILEGIO.
Primero, ¿por qué normalizamos algo?
Cuando normalizamos algo, para nuestra mente siempre ha estado allí. Lo “normal” en sí no existe.
Es más una construcción hecha en base a creencias dominantes que luchan entre sí en cada sociedad, y que van variando a lo largo del tiempo.
Estas creencias al ser dominantes, se expanden en el espacio social y cultural de tal manera que las reconocemos como si siempre hubieran estado ahí.
¡PERO NO!
Los privilegios son aquellas ventajas que gozan algunas personas por sobre otras para desarrollarse dentro del terreno social y cultural en cualquier contexto.
Los privilegios están peligrosamente normalizados.
No ser conscientes de la opresión que otras personas tienen por el hecho de que otras gozan de privilegios es ser BIEN POCO EMPÁTIQUE con la escasa equidad con la cual hemos construido nuestras prácticas sociales.
Y ahí está el gran problema de la cuestión. En no entender que ESO NO DEBERÍA SER CONSIDERADO NORMAL.
Dado que también podemos cometer el gran error de hablar desde nuestro lugar de privilegio cuando tratamos de expresar cualquier cosa a cualquier persona, la interseccionalidad aparece como un lugar de empatía.
Primero comencemos desmenuzando la palabra. Interseccionalidad viene de INTERSECCIÓN : lugar donde se juntan cosas.
Interseccionalidad se refiere a la realidad en la que múltiples identidades se intersectan para hacernos quienes somos. Múltiples identidades como la raza, el género, la situación económica, nuestras experiencias de vida, etc.
Y también nos da lugar para hablar sobre los privilegios y las opresiones que son reforzadas y superpuestas en estas interseccionalidades.
Este término fue determinado en los 80’s por la investigadora legal Kimberlé Crenshaw.
Ella se dio cuenta de que no había una manera efectiva para hablar de cómo las experiencias de mujeres negras son diferentes a las de los hombres negros o de mujeres blancas. Porque las mujeres negras tienen discriminación de género y racial.
Y durante estos años se ha expandido el uso de este término a otros terrenos sociales y culturales para hablar de otras identidades más allá del género o la raza.
¿Y por qué es tan importante hablar de esto?
Porque todo el sistema social está construido a partir de una figura hegemónica y grupos marginados.
¿Cuáles son los grupos alineados a la norma imperante que se benefician de ventajas no ganadas, es decir, privilegios hoy en día?
El paradigma de normalidad actual sostiene y privilegia a los hombres, blancos, adultos, con educación formal y recursos económicos, católicos, heterosexuales y sin ninguna discapacidad evidente.
Veamos un ejemplo: en términos de orientación sexual, hoy lo considerado “normal” es ser heterosexual. Aquellas personas que encajen en esta norma tienen el privilegio, por ejemplo, de demostrar su amor libremente de manera pública sin temor a ser perseguidxs, violentadxs, encarceladxs, o ASESINADXS …
Las interseccionalidades son importantes porque nos hacen ser más conscientes de este tipo de asimetrías que existen todavía. Y también de ser conscientes cuando decimos algo, al permitirnos observar si lo que estamos diciendo viene o no desde nuestra posición de privilegio.
Les dejo un tip para terminar:
Traten de identificar su “peligroso lugar de normalidad”: Ubiquen 3 cosas que estén normalizando, pero que gracias a este substack y a entender qué es interseccionalidad se hayan finalmente percatado que eran un privilegio en realidad.
<3