(V)
V
No he llegado todavía a irme
Interpreté los signos
Y no pude permitirme
Perder los algoritmos
Que a favor de mí se construyen
Si decido arriesgarme
Si logro encargarme
De convertir estos positivos ritmos
Hacia los caminos que intuyen
Que cada día constituimos
En un amplio solipsismo,
Y un curioso detallismo
Que ahora me caracteriza.
¿Sabes? Me da risa.
Haber llegado a encontrar tanto drama
Echado en una cómoda y enorme cama.
Ahora escucho melodiosas y gigantes
Canciones compuestas de estruendos,
De sonidos de timbales.
Habito mis atuendos
De colores amarillos,
De verdes limones,
De eléctricos azules.
De rojizos estallidos.
Me envuelvo en sábanas rosas a la noche,
Cierro la crisálida con un gran broche
Que refleja la luz de la habitación.
Palpitando dentro de ella siento mi corazón.
Aquel que no sentía hacía vidas,
Ahora lo percibo a millas.
Late cada día más fuerte,
Pensarán que sucedió la suerte.
Sucedió mi no autismo
Lo desvirtué el mismo
Día en que no paraba de llorar.
Y le dije ahí ¡esto va a acabar!
Ya no me voy a castigar
Ni postergar el abandonar
El lado cómodo del automatismo
cuando es convertido en mero formalismo.
La autocompasión
Es síntoma negligente
De tangente diversión
A no querer sorprenderte.
Que cada segundo en esta ciudad
Debería ser atesorado.
Camino obnubilado
Con elevado estado de naturalidad.
Abrazo mi cuerpo incontrolado
Al haberme reencontrado
Con aquel círculo dorado
Que es cada vez más inesperado.
Veo luces en rincones escondidos
Divisando escurridizos
Diversos detalles dirigidos
Ligeramente voladizos.
Los ruidos de la calle, no son ruidos
Son tranquilizantemente sucumbidos
Al manto gris plata donde están detenidos
Donde esperan pasar por inadvertidos.
El sol de la mañana.
Sí, ¡existía un sol en la mañana!
Me despertó hoy, se asomó a la ventana.
Conversé con él algunos minutos,
Parecía pensativo, me trajo unos frutos
Que había encontrado en aquella rama
Donde estaban paseando cautos
Dos pájaros enormes y blancos.
Me cautivó su rostro,
Ese día estaba particularmente curioso.
Tomando café le hablé de mis planes
Del día, tengo varios puntos claves
Que debería estar haciendo
Sin embargo, me mantengo
En conversaciones con este sol mimoso
Que sólo me coquetea, que sólo hace ademanes
Para poder traerme los mensajes
Exorbitantemente chamanes
Que ahora entretengo
Mientras sigo reuniendo
En líneas generales me dejo llevar por el diálogo
Con el astro lumínico y pomposo.
En esta ciudad de álgidas variantes
Es necesario un rato con su voz de titanes.
No cambié mi parecer
Sino modifiqué la vil manera
De querer pertenecer
Hacia posibilidades más ciertas
Que no tomaría a la ligera.
Ya no cerraría las puertas
De la interpretación
De mi corazón y de su canción.
Y tampoco estaría a la espera
De un inocuo poder de querer
Perderme en las insensatas
Razones de mi previa desilusión.
Ahora brillo yo, no me desespera
La nube gris que mantiene recubiertas
Las luces anaranjadas de la pulsión
De fulgurante amanecer.
Desde mi cama ya no lloraría
Sonreiría mientras tomo café
Aplaudiría, me pondría de pie
Elevaría un salto que asomaría
Por la ventana de mi cuarto
Bocanadas de rabia que comparto
Convertidas en esperanza y encanto
Soy suficiente y eso me da aliento.
Gracias sol, gracias ciudad.
Aprendí varias facetas de mi entidad
Que pongo en esta oportunidad
En ideales de sempiterna claridad.